Cultur Viajes recorre Languedoc, la tierra de los trovadores

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Languedoc es el destino que recorren estos días con Cultur Viajes, nuestra agencia especializada en turismo cultural, un grupo de aficionados al patrimonio, la historia y la cultura, para adentrarse en una tierra de juglares de la mano de Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico, y María Heredia, directora comercial de la agencia.

“Esta región del sureste de Francia es Edad Media en estado puro, con ciudades o aldeas amuralladas, con sus antiguas calles de regusto antiguo”, comentan los organizadores del itinerario. “Queremos que los viajeros entiendan que este es el país de los cátaros, pero también canal de peregrinos que se dirigían a Compostela y solar de nobles que acudieron repetidamente a las cruzadas”.

El recorrido se inició el 18 de septiembre y a lo largo de ocho jornadas hasta el martes, 25, visitarán Perpignan, para después “avanzar entre roquedos y barrancos, al abrigo de espesos robledales y disfrutar de recoletos monasterios como Sant Miquel de Cuixà o Saint-Gilhem-le-Dèsert, o grandes abadías como Fontfroide y la espectacular Moissac o la mundialmente conocida de Saint-Sernin de Toulouse, lugar de referencia para los peregrinos jacobeos y para los estudiosos del arte románico”.

No faltará un recorrido por las calles y los adarves de la ciudadela de Carcasona, o la muy poco conocida aldea fortificada de La Couvertoirade, el ascenso por las callejas de pueblos apartados, como Bruniquel o Najac, la visita a olvidados castillos o a las casas burguesas de Cordes-sur-Ciel, de familias enriquecidas con el comercio del tinte de pastel.  El itinerario está permitiendo a los participantes explorar los rincones de Albi, la capital de los albigenses o cátaros, adentrarse en los santuarios de Rocamadour durante una noche vacía de turistas o disfrutar del apacible paseo por las calles empedradas de Conques, admirando su abadía, desentrañando las claves apocalípticas de su renombrado tímpano y asombrándose ante su tesoro.

 

IMAGEN: El grupo de viajeros posan junto a Jaime y María en frente a Sant Miquel de Cuixà. Archivo FSMLR