Descubriendo el románico de Apulia y el patrimonio medieval de Bretaña con Cultur Viajes

Apulia 2019
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De la monumentalidad de la tierra de los dos mares: la región italiana de Apulia, a los dólmenes, castillos y acantilados de la Bretaña francesa. Dos destinos de gran riqueza histórica y patrimonial, que Cultur Viajes, nuestra agencia especializada en turismo cultural, ha descubierto con sendos grupos de viajeros.

Apulia, encrucijada de vías, de pueblos y culturas

De la mano de Roberto Martino, especialista en esta tierra y en Basilicata, y de Paula Álvarez-Santullano, coordinadora de Cultur Viajes, los viajeros pudieron disfrutar del crisol de manifestaciones civiles, militares y religiosas de esta región que en la actualidad se convierten en iconos histórico-artísticos, testigos vivos de su intensa historia.

Situada en el “tacón” de la forma de “bota” que tiene la península Itálica, su situación estratégica favoreció el paso de numerosos pueblos por su territorio. Aqueos, Griegos, Romanos, Bizantinos, Normandos, Sarracenos, Suabos, Aragoneses y Borbones, dejaron su impronta y fueron estableciendo una cultura propia de fusión que se percibe en su fantástica gastronomía e increíble patrimonio artístico.  

Una riqueza monumental que los viajeros pudieron observar en su capital Bari, erigida a caballo de dos grandes imperios: el Romano y el de Bizancio, y en la majestuosa Lecce, en cuyas calles se palpa el pasado grecorromano y el esplendor barroco. Pero será el románico el lenguaje artístico que vive su mejor expresión, otorgando una autenticidad a esta región que se dirige al mar Adriático

Un trayecto que descubrió lugares mágicos como Galatina o Alberobello y sus “Trulli”, edificaciones de origen humilde que hoy en día son santo y seña de las tierras del interior, siguiendo por Matera, en la vecina región de la Basilicata, otra joya indescriptible famosa por los “sassi”, casas excavadas en la roca caliza.

Todo ello, sin dejar de lado la seña de identidad de Apulia, el “románico pugliese”, cuyas peculiaridades, los viajeros pudieron observar en monumentales catedrales y basílicas de piedra blanca como Trani, Bari, Bitonto, o en los castillos en Bari, Lecce y el súmmum Castel del Monte y su octógono.

 

Chateau de Combourg, Bretaña 2019

 

Un recorrido por el encanto medieval de la Armónica

De Italia, nos vamos a la Bretaña francesa, donde un grupo de viajeros guiados por Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico, y María Heredia, directora comercial de Cultur Viajes, pudieron empaparse de su fuerte personalidad, palpable en su austero paisaje de suaves colinas, su agreste costa y su rico patrimonio medieval.  

Situado en el encuentro de la Europa media con el Atlántico, la Finisterre francesa comienza su andanza monumental en el megalitismo, con grandes yacimientos de referencia mundial, para después formar parte de Armórica, patria de los entrañables héroes Astérix y Obélix, que mudó a su nombre actual tras servir de asiento a los britanos que llegaron tras la caída del imperio romano y que trajeron una lengua de filiación céltica que aún se mantiene.

Ya en la Edad Media la región se convierte en un ducado independiente enfrentado a los poderosos reinos de Inglaterra y Francia, que le otorga de un semblante de guerra con fortalezas, murallas y puertos repartidos por toda su geografía.

Una atrayente historia, que los viajeros atestiguaron de primera mano con los dólmenes de Barnenez, el yacimiento de este tipo más antiguo de Europa y el segundo más grande, o con la alineación de menhires de Carnac, que con sus cuatro kilómetros es considerado el yacimiento prehistórico más extenso del mundo.

 

Cairn de Barnenez, Bretaña 2019

 

El itenarario continuó por la Bretaña medieval, a cuya época los viajeros pudieron transportarse con las construcciones de piedra y entramados de madera de sus pueblos y ciudades como Dinan, Saint-Malo, Nantes, Rennes, incluyendo una escapada a la vecina región de Normandía para conocer dos de los iconos de la Edad Media europea de renombre mundial: la abadía del Mont Saint-Michel y el curiosísimo Tapiz de Bayeux.

Todo ello conforma un destino único y atractivo, algo que se percibe en la gran demanda que el itinerario ha tenido entre las propuestas de Cultur, tanto es así, que en septiembre la agencia volverá a realizar el mismo recorrido, con otro grupo de viajeros.